Comentando con el Master

martes, octubre 04, 2005

La gloria fue mexicana

Estaba viendo resultados anteriores, y en 1995, en Ecuador, Brasil también perdió contra Ghana la final de un mundial sub-17, y en Francia 98, su selección mayor, con su jugador estrella indispuesto para jugar el importante partido final, perdía 3-0. Traigo a colación esto porque la gente siempre habla de que la historia pesa, y que Brasil es Brasil. Pues sí, parece que sí pesa, las cosas se repitieron (final en Sudamérica, lesión de Anderson)... y Brasil perdió.

La gloria fue mexicana sin duda. Los mexicanos, quien lo creyera, campeones por fin de algo que vale. En una categoría donde la mayoría de chicos se preparan para convertirse en grandes, el fútbol es de por sí, lo más parecido a esos partidos de colegio: resultados con cantidad de goles cuantiosa, y a veces con jugadas realmente increíbles, no da espacio para poner un favorito fijo para llevarse el trofeo. Se dice Brasil, se habla de Europa, o que los africanos son los que mandan en esta categoría. Esta vez México dio el golpe y tiró abajo todo los pronósticos. Muchachitos que jugaron de manera ordenada, y haciendo caso de lo que mandaba el "profe", consiguieron el título que aún hoy martes, dos días depués de ganar la copa, lo celebran en la tierra del tequila y de los tacos.

Para los peruanos nos quedó el orgullo, como siempre, de haber sido grandes anfitriones. Ya lo mostramos en la copa América del 2004, ahora con más ojos puestos en nosotros, tiramos la casa por la ventana, y mostramos mucho de lo mejor que tenemos. Estadios pintaditos, canchas relucientes (y sintéticas), tribunas llenas. Nos faltó el fútbol, pues nuestro chicos... algun día quizás demuestren que son más que lo que vimos. Pero para el mundo, el Perú, y las cinco ciudades que albergaron los 16 equipos, el marco fue perfecto.

Lima por un día se convirtió en la capital del fútbol mundial. Por fin vi que en mi país se puede hacer algo que se parece a un mundial de mayores, con celebración, fotos y dirigentes a la misma altura de aquello. Espero que esto no sólo sirva para demostrar que podemos ser mejores si nos ven desde afuera, sino, ser mejores para nosotros mismos. Que se puede trabajar bien a pesar de algunos obstáculos con cuerpos de personas (recuerdo cuando en el mes de marzo en una radio local se le preguntaba a los organizadores, porque aún no había ambiente de mundial en las ciudades, ¿porque el apuro?) y de nuestra misma tierra. Ver "Lima" en las fotos de los mexicanos ganadores, o cuando estaban con su presidente Vicente Fox celebrando en su país, mostrando una medalla con colores del Perú en el cuello, levanta el espíritu.

Ahora falta no dejar de aprovechar lo logrado. Y acordarse que el Perú no es sólo Lima, que Iquitos también existe, o Piura, y otros tantos lugares que a veces uno olvida por ser tan centralista. ¡Felicitaciones México y que viva el Perú!