Comentando con el Master

martes, junio 14, 2005

Barranquilla, yo y el 5-0 (Parte I)

Pasé los primeros días del mes de junio en Barranquilla, tierra colombiana caracterizada por su calor y por su calor. Claro que tiene más cosas, como la lluvia, pero eso otro es lo que la hace peculiar. Una ciudad grande, con muchos árboles, divididas por zonas diversas como en toda ciudad, y con gente amable. Yo, acostumbrado a la ciudad de Lima donde el frío es más notorio, y el existente centralismo hace que se reúnan en un solo espacio diferentes caras; viví una semanaen un ambiente completamente distinto, tanto en estos dos puntos mencionados, como en el propio acento, y costumbres el algo diferentes.

Sólo había salido del país una sola vez, pero muy pequeño (a los 6 años) y nunca solo. Así que esta aventura currambera fue una cosa nueva y además emocionante, y por ello quedará siendo por siempre memorable. Me fui por siete días, de lunes a lunes, con el objetivo de pasear, conocer otros rumbos y ver el partido de la selección peruana frente a la colombiana. Si este viaje fue excelente, lo único malo fue ese último objetivo, pues presencié la más abultada goleada que haya recibido equipo peruano en lo que a eliminatorias se refiere en los últimos tiempos. Sin duda, en este viaje recibí más de una nueva experiencia.

Si me preguntas que fue lo mejor del viaje, pues te diré que Santa Marta. La pasé en una playa bañanada por el mar Caribe que me hace olvidar cualquier otra playa que haya visto antes en mi vida. El agua tibia, sin muchas olas, y clarita. De seguro que en las costas peruanas habrá alguna playa con similares propiedades, pero yo quedé encantado con esta. No soy de ir mucho a la playa, como lo resalta la claridad de mi piel, pero me di cuenta que el tema pasa por el sitio a visitar, porque a esa playa yo iría a cada rato, lo vale. Nomás que hay vendedor de todo tipo de cosas, los que considerarán al inclemente sol un aliado que haga convencer a los visitantes de comprar sus cosas o acceder a sus servicios. Pero como no va a haber tanto si la zona es turística por excelencia.

Para llegar a Barranquilla pasé por Panamá, aunque sólo me quedé en el aereopuerto porque no tenía visa para entrar a la ciudad. Llamado Tocumen, parece la parada de los aviones-combi de Copa Airlines, que usan ese punto como conexión de donde sea a donde sea. Si te quieres ir de Lima a Bs. Aires en Copa, pues ni modo, primero te me vas a Panamá, no hay otra. Eso hace que en Tocumen caminen personas de las más diferentes nacionalidades: argentinos, mexicanos, colombianos, gringos, venezolanos. Hasta un un nicaragüense con un polo que dice "Soy de Nicaragua y soy perfecto". De seguro en ese país abundadan los imperfectos. Me la pasé de ida por alli cuatro horas, yendo y viniendo por el "airport", el cual contaba con tremendo centro comercial que te hace olvidar por momentos en donde realmente estás. Luego de esperar mucho y ver caras tan distintas, subo al avión que me lleva al destino final del momento y en donde encontramos aeromozos, cosa extraña que nunca habia ni siquiera escuchado, pero bueno, chamba es chamba.